jueves, 13 de diciembre de 2007

SUEIRO TE DICE...

En 1990 me visitó un paro cardíaco que provocó una muerte clínica que me borró uno de los miedos ancestrales: el miedo a mi muerte, ya que me confirmó Otra Vida que mi religión (y casi todas) ya me prometían desde siempre. Pero ese es otro tema.

Al día siguiente tuve un infarto severo. Los dolores del infarto duran, en ocasiones muy especiales, hasta dos horas, no más. Conmigo se encariñó porque el dolor -que es agudo, punzante, permanente, sin pausas, enloquecedor- se mantuvo en mi pecho durante 33 horas, a pesar de la morfina que peleaba de mi lado. Y me sirvió para manejar mejor otro miedo clásico: el miedo al dolor, ya que aprendí que es feroz mientras dura pero que se le debe presentar batalla y que, a la larga, va a terminar.
Muchas veces pensé que la muerte clínica fue para permitirme dar un pequeño vistazo en el Otro Lado y poder contarlo para aventar los temores de muchos.

Y que el dolor fue tan intenso para que yo luego comprendiera lo que se siente al escuchar a otros que me hablarían de su propio dolor. Bastante justo.
Lo cierto es que desde entonces sucedieron muchas cosas más con mi trajinado cuerpo, incluyendo seis intervenciones cardiológicas, pero ese también es otro tema. Lo que en verdad interesa de toda esta historia personal es lo que aprendí mientras ocurría y volver ahora al tema de las palabras. Hubo tres que fueron y son los antídotos para todas las malas. Tres palabras que de solo decirlas me llenan la boca de flores y el alma de alivio:

fe, esperanza y amor.


La fe nos hace amigos de Dios.
La esperanza nos abre la puerta de ésta y de la Otra Vida.
El amor nos hace entender y cuidar a las anteriores.


No se compran en los supermercados. Las tres sensaciones que producen esas palabras las podemos encontrar a un precio Módico dentro de nosotros mismos.
A veces ahí nomás, a flor de piel, y otras en algún rincón olvidado del alma. Pero estar, están. Sin dudas.
Y el precio módico es la cuarta palabra a la que aprendí a respetar y amar entrañablemente: coraje. Poniendo coraje lo demás es más fácil.
Es todo lo que les quería decir.
Sin discursos ni lamentaciones baratas. Simplemente desde el alma, que también es una de las palabras más bellas que existen.


"Desde el alma".



Un abrazo a todos ... Víctor Sueiro

“solamente hay que tenerle miedo al miedo”.



El miedo anula, paraliza, deprime, acobarda, nos hace decaer, entregarnos, traicionar, llorar amargo. Un tigre ruge en el instante mismo en que ataca para provocar un pánico repentino en su víctima que no podrá moverse por un par de segundos, los suficientes para que el tigre se lo almuerce. La misma trampita psicológica se usa en las artes marciales, cuando el atacante grita tal como se lo ve en las películas porque ese grito paraliza al otro y eso le da ventaja al gritón. El miedo aterroriza y aterra, que no son la misma cosa. Aterroriza porque llena de terror, aterra porque nos deja pegados a la tierra. En cualquier caso, anula.


Víctor Sueiro

VICTOR SUEIRO

Su vida comenzó el 9 de febrero de 1943 en Buenos Aires y siempre estuvo signada por situaciones límite que lo pusieron al borde de la muerte. Cuentan los datos de público conocimiento que Víctor Sueiro tuvo difteria, sobrevivió a la caída a un pozo de tres metros de profundidad y salió ileso de un accidente automovilístico luego de que su auto diera cuatro vueltas en el aire sobre el asfalto.
Para el escritor y periodista argentino, todos estos hechos bien podrían ser considerados como milagros y renacimientos. Sin embargo, fue en junio de 1990 cuando Sueiro fue protagonista de un hecho que trascendería ligado a la polémica ya que fueron muchos los que desconfiaron de sus supuestas vivencias. Según afirmó, luego de sufrir un accidente cardiovascular, experimentó una situación que hasta ahora nadie pudo contar: volver de la muerte, o al menos ver el mítico túnel con la luz al final y regresar a la vida.
A partir de allí, el éxito profesional se acrecentó. A principios de 2003 el periodista regresó a la pantalla chica con el programa “Misterios y Milagros” que, gracias a la increíble repercusión, tuvo su repetición al año siguiente. Ese mismo año, además, recibió una importante distinción: el premio Juntos Educar, un reconocimiento otorgado por el
Arzobispado de Buenos Aires hacia quienes, a través de su trabajo, colaboran con la educación y la cultura desde la esperanza y el amor al prójimo.
Pero Sueiro no comenzó a trabajar en los medios recién a partir de ese acontecimiento, sino que ya contaba con una larga trayectoria tanto en diarios y revistas, como en programas radiales y televisivos. Su carrera periodística comenzó a los 17 años en el diario “El Mundo” y, en la década del ’60, se destacó por sus entrevistas para la revista
“Gente”. Además, fue autor de la columna “Crónicas locas” en la revista “Conocer y Saber”, y escribió adaptaciones de teatro, libros cinematográficos, historietas, guiones de audiovisuales, fascículos y poemas que fueron editados en discos.

En el ámbito literario, sus obras son muchas y muy vendidas. La seguidilla de libros comenzaría en 1990 a partir de su experiencia sobrenatural, con “Más allá de la vida”. Luego llegarían “Más allá de la vida 2. La gran esperanza”, “Poderes”, “Curas sanadores y otros asombros”, “El ángel, un amigo del alma”, “Año 2000, las profecías”, “Historias asombrosas”, “Los siete poderes”, “Líbranos del mal”, “El ángel”, “La Virgen, milagros y secretos”, “Milagros más que nunca”, “El ángel de los niños” y “No tengan miedo”, entre otros.

Difteria

La difteria es una infección bacteriana seria. Se puede adquirir de una persona infectada que tose o estornuda. Suele afectar la nariz y la garganta y causa mucho dolor de garganta, ganglios inflamados, fiebre y escalofríos. Pero si no se diagnostica y se trata adecuadamente produce una toxina en el cuerpo que puede causar complicaciones graves, como insuficiencia cardiaca o parálisis.
La vacuna contra la difteria, tos ferina y tétano (DPT) puede prevenir la difteria, pero su protección no perdura para siempre. Los adultos tienen que aplicarse una nueva dosis cada 10 años. Gracias a la vacuna, la difteria es una enfermedad muy rara en los Estados Unidos.

Esta bacteria, agente etiológico de la difteria, se establece en la garganta y permanece localizado en el tracto respiratorio superior. Produce una toxina que es diseminada por el torrente circulatorio a todo el cuerpo. La inflamación local de la garganta causa un exudado que forma una "pseudomembrana diftérica", que bloquea el paso de aire.
1530. Aparece en España el "garrotillo" o esquinancia gangrenosa (difteria), que se establecería con caracter endemoepidémico durante siglos, ocasionando una elevada mortalidad infantil.

LIBÉRATE

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con SILVINA KLAUZEN www.riojavirtual.com.ar

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