sábado, 11 de agosto de 2007

EL DESAPEGO

El desapego sería des-pegarse del ego, apartarse, desprenderse del afecto al yo. Es dejar de mirarse el ombligo, renunciar al yo, mirar al tú para vivir el nosotros. Es salir de la yoidad para alcanzar la nostridad. Desapego es un término budista pero es la solución que late también en el cristianismo cuando se afirma que la entrada en el Reino pasa por negarse a uno mismo. El desapego del yo es necesario para poder amar al prójimo y es ahí donde encontraremos la felicidad. El viejo Platón escribía que buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro. Suavizando las penas de los demás casi te olvidas de las propias.Desapego no es sinónimo de indiferencia.
«Cuando veas el sufrimiento, apresúrate a aliviarlo"... pero,
cerciórate de no salir con el sufrimiento pegado a ti.
Este consejo llega directo al corazón de la compasión.
La raíz de la palabra compasión es "sufrir con", y ésa
es la forma como la mayoría de nosotros la interpretamos.


Suponemos que la persona compasiva es la que asume el sufrimiento de otra;
sin embargo, si eso fuera cierto, la compasión duplicaría el sufrimiento
del mundo en lugar de aliviarlo.
La verdadera compasión no es negativa. Podemos sentir el dolor del otro pero permanecer seguros en el espíritu.
La Tierra se comporta de esa manera con nosotros. Aunque el drama de los asuntos humanos se representa sobre el escenario de la Tierra, en sus campos que teñimos de sangre y en sus playas donde amasamos nuestra riqueza,ella permanece desapegada.
Los bosques, los campos, las playas y las montañas no se alzan y caen por causa nuestra.
Si no aceptamos que la Tierra tiene espíritu, ese desapego se convierte en indiferencia. En nombre de la indiferencia estamos saqueando la Tierra. La compasión por ella será posible únicamente cuando unamos nuestro espíritu al de ella.
El viejo impulso de vivir dentro de la naturaleza dió paso a su contrario, el impulso de conquistarla.
Este impulso se ha impuesto casi hasta el punto del desastre. En todas partes se oye el clamor en pro del regreso a la naturaleza, quizás en la última hora. "Allá fuera" no hay otra cosa que el reflejo de lo que hay "aquí adentro". Si deseamos regresar al hogar, debemos reconocer que el hogar es el momento presente.Todo el poder y la realización que los hombres ansían existen en este momento. En el ahora se esconde una energía tremenda, más grande de lo que la mente puede imaginar. Nada podría estar más cerca y, sin embargo, nada se aleja con tanta rapidez. Ese es el misterio y la paradoja. Para resolverlos, debemos reconocer que somos este momento. Todo el poder presente aquí debemos encontrarlo en nuestro interior. Todo el mundo tiene días llenos de energía, emoción y optimismo, y otros marcados por la fatiga, la confusión y el pesimismo. ¿En qué radica la diferencia? Algunas personas creen
que la respuesta está en los ciclos biológicos, o en la acción de unas fuerzas aleatorias, o en el destino, o en la suerte. Pero los magos dicen que la respuesta está en la capacidad de estar presentes.
Cuando estamos presentes en el momento, tocamos la fuente de la vida. El tiempo mismo fluye a partir de este momento y de ningún otro. Por lo tanto, para ir montados sobre la cresta del tiempo, necesitamos toda la energía de la cual podamos hacer acopio,y esa energía se encuentra dentro del momento.

ANDANDO

Andar un camino es señal de desapego, y los magos enseñan que la
verdadera libertad está en el desapego. Una persona libre vive en el
espíritu, de la misma manera que el mago, y puede hacer mucho más
bien que el que podría hacer por fuera del espíritu. Nuestra
sociedad no acepta aún este punto de vista, porque usted y yo y
todas las personas a quienes conocemos hemos sido condicionados para
pensar de otra manera. Estamos apegados a todo y creemos que lo que
hace funcionar la vida es el apego.
Nuestro sentido de apego comienza con nuestra relación con esta
Tierra. Los mortales, dicen los magos, viven bajo la ilusión de que
son dueños del mundo y controlan su destino. Desde el punto de vista
de los magos, el mundo tiene un espíritu que supervisa nuestro
bienestar; vivimos al abrigo de ese espíritu y tenemos la capacidad
de forjar nuestro propio destino. Pero no es posible poseer o
controlar al espíritu. "¿Deseas poseer el mundo entero, no es así?",
le preguntó Merlín a Arturo.
"No, creo que no", replicó el muchacho.
"Ah, silo deseas, créeme. Ustedes los mortales son como la chispa
que ha de incendiar todo un campo algún día. La chispa parece
insignificante, pero se disemina cada vez más".
"¿Quieres decir que destruiremos el mundo?", preguntó Arturo.
"Eso depende. No es posible destruir el espíritu y si llegas a
considerarte un espíritu, te unirás al espíritu de la Tierra. La
alternativa es hacer caso omiso del espíritu y, si optas por ese
camino, esta Tierra no te interesará para riada. Su dolor no apelará
a ti".
Merlín señaló una gran roca. "Patéala", dijo. Arturo obedeció.
"¡Ay!", se quejó.
"Raro", comentó Merlín. "Fue la roca la que recibió la patada y, no
obstante, fuiste tú quien gritó".
"¿Qué tiene eso de raro?", se quejó Arturo, sospechando que el mago
lo había hecho patear más fuerte de lo que el había planeado.
"Esta fue una lección sobre el espíritu. Cuando pateaste la roca, te
lastimaste a ti mismo. La roca no protestó, porque la Tierra jamás
lo hace. Ella está segura en el espíritu. La lección de la Tierra
para ustedes, los mortales, es su seguridad en el espíritu. Pero si
sientes ira a causa de tu lesión, la cual la roca se limitó a
devolverte, tenderás a hacer caso omiso del espíritu. Querrás
aplastar la roca, destruirla y utilizarla para tu beneficio, todo
porque la Tierra es lo suficientemente gentil como para no gritar
cuando la lastimas".



Es parte de la naturaleza del espíritu no protestar. No hay forma de
lastimar al espíritu, y aunque los humanos hemos causado un daño
asombroso a la Tierra, el resultado final siempre será que
acabaremos dañándonos a nosotros mismos. No respetamos nuestro
propio espíritu. Nos vemos a nosotros mismos con temor e ira. "Has
perdido la fe en la fe", dijo Merlín. "Pareces no confiar en la
confianza". Lo que esto significa es que las cualidades del
espíritu, entre ellas el amor, la fe, la confianza, deben conocerse
y experimentarse para que sirvan de algo.
La mayoría de las personas batallan contra su voluntad; recurren al
miedo y a la ira porque sienten que esos son los caminos que les han
sido impuestos. La voluntad para vivir en paz depende de no dejarse
guiar por esas energías negativas, y eso sólo puede lograrse
siguiendo el sendero del mago. «Si deseas hacerle bien al mundo,
abandona todo tu egoísmo y conviértete en mago", decía Merlín. "Si
deseas hacerte bien a ti mismo, sé completamente egoísta y de todas
maneras conviértete en mago". Aunque esto puede sonar paradójico, en
últimas todo espíritu es espíritu. Todos vamos por el mundo como
individuos, pero también como parte de la Tierra. Por lo tanto, en
la medida en que nos reconquistamos, recuperamos al mundo.

PARA TU FINDE DESEO... LO MEJOR

Disfrutar quiere decir tomar un fruto, paladearlo, saborearlo, conocerlo. El fruto es cada cosa y cada momento, alegre o triste, extraordinario o cotidiano, placentero o doloroso. Degustar es vivirlo comprometidamente. Qué estúpido sería el trabajo de hacer crecer un árbol, plantarlo, sostenerlo, regarlo y protegerlo, para después, por apuro, por distracción, por miedo o por culpa, no tomar de sus frutos. Qué tonto trabajo el de hacer crecer los frutos que uno nunca comerá, ni dejará para que otros coman, ni regalará a nadie ni se ocupará de que estén a disposición de quienes los necesiten.

¿Qué hace falta, qué es necesario, cuál es el camino para aprender a vivir mejor?

La primera condición es darse cuenta de que la vida, tal cual es, con todas sus dificultades, vale la pena. Quiero decir que vale la pena. Es decir, que vale penar por ella, padecer por ella, entristecer y dolerse por ella. Tanto más si estamos dispuestos a apostar, casi a ciegas, por lo que sigue, por el resto de nuestra vida, que como dice la canción, empieza hoy.

LIBÉRATE

LIBÉRATE
con SILVINA KLAUZEN www.riojavirtual.com.ar

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