viernes, 6 de julio de 2007

EL SEXO DE LOS ÁNGELES

Otra forma de describir la manera que el espíritu humano manifiesta el mundo celestial, es mediante la analogía del eclipse solar. Si una porción del sol es eclipsada, ustedes pueden ver el sol en una taza de agua. El velo del eclipse es la luz angelical. Esto hace posible contemplar la fuente de luz. Los seres humanos son en sí mismos, como un velo o un eclipse de la luz angelical. Esto significa, que ellos eclipsan la luz angelical, la cuál eclipsa la luz de Dios. De este modo, ustedes pueden ver los atributos del Creador a través de Sus maravillosas creaciones. Este es el significado del dicho del Profeta Muhammad, "Piensen en las creaciones de Dios. No piensen en Su esencia."
Los espíritus de los seres humanos pueden ser descriptos como átomos dentro del mundo celestial, y sus cuerpos como las casas de sus espíritus. Ahora bien, la casa tiene un estado y el habitante de la casa tiene un estado diferente. Es claro para nosotros, que el habitante es más honorable que la casa, ya que la grandeza de la casa depende de su habitante.

Estos espíritus humanos son una parte real del espíritu angélico. Es por esto, que la condición para la entrada del alma al paraíso de una persona moribunda, es que primero sea aceptada en el reino angélico, como hemos dicho. Esa también es la causa por la cuál el espíritu humano está capacitado para recibir la transmisión de los poderes angélicos, como un radar satelital está hecho para recibir la transmisión de la estación principal.
En la medida en que las personas estén conectadas con los poderes angélicos, ellas indudablemente, se convertirán en más y más importantes para otros seres humanos en la tierra. Sin embargo, los cuerpos humanos siguen siendo un compuesto de diferentes elementos mezclados. Los cuerpos de los ángeles, por otro lado, son hechos sólo de la luz de la divina presencia. Es importante saber que esta diferencia nunca desaparece en el mundo material. Es por esta causa que los ángeles prefieren ayudar a los espíritus de los cuerpos de los profetas, ya que los espíritus proféticos han elevado sus receptáculos corporales a tal punto que es dónde ellos obtienen todo tipo de estados gnósticos y espirituales. Esto, sucesivamente, les permite convertirse en antorchas de luz, desparramando regalos celestiales y llevando el mensaje de Dios a Su creación. Todas estas relaciones entre ángeles y profetas, santos y gente piadosa, son obtenidas por voluntad de Dios y con Su permiso.

VESTIMENTA ANGELICAL

Los elementos y las cualidades de los seres humanos y de otros objetos creados en la tierra, varían de acuerdo a sus respectivas distancias de la fuente de poder angélico. Por lo tanto, encontramos diferencias entre los seres humanos, aunque sus cuerpos son similares. Esto se debe, a que ellos difieren respecto a su conexiones con los ángeles. En realidad, las diferencias no están en los cuerpos, sino en los atributos y características espirituales de los seres humanos.
Los seres humanos poseen desde la niñez ó bien las características de bondad y santidad, ó las de maldad y extravío. Esa es verdaderamente una imagen real de la "vestimenta" espiritual de los seres humanos y sus jerarquías: uno recibe un poder angélico, mientras que el otro no. Esto es lo que hace que uno sea mejor que el otro, al igual que los diamantes son superiores a las esmeraldas, que a su vez son mejores que los zafiros, y éstos, mejores que los rubíes. Todas éstas son joyas preciosas, pero varían en su excelencia. No obstante, todas estas joyas son más preciosas que el oro. El oro es más precioso que la plata, y la plata más preciosa que el hierro. El último acaba como fragmentos, mientras los otros siempre se mantienen como elementos valiosos.
La luz es mejor que la oscuridad. Lo transparente es mejor que lo opaco. Lo sutil es mejor que lo denso. La persona iluminada es mejor que la que está en la oscuridad. Un carácter bello es mejor que uno malo. Aquel que llama a la bondad es mejor que el que llama a la maldad. Aquel que es discreto, valiente, generoso, paciente, es mejor que el que posee odio, enemistad, maldad, codicia y avaricia. Todas las características anteriormente mencionadas, dependen de la cercanía o la lejanía, de sus respectivos portadores, de las fuentes de poder angélico.
Por lo tanto, en este mundo el espíritu humano es un signo que señala borrosamente la perfección del mundo superior. Es como la luz de la vela en relación a la luz del sol, o una pequeña gota en relación al océano. La luz angelical es el medio de la visibilidad de la luz en la tierra, ambas material y espiritual. Nosotros conocemos al sol por sus rayos. De igual forma, conocemos acerca de Dios por las creaciones de los cielos y de la tierra, cuya percepción se origina por el brillo de la luz angélica sobre ellos, y sus expresiones a través de la revelación por intermedio de esa luz. Para nosotros no existe oscuridad más profunda, que la no existencia de la luz angelical; ni una luz Divina más enérgica que la luz angelical. La aparición de cada cosa singular es el resultado de esta luz, al igual que la existencia de cada cosa procede de la existencia de la luz angelical. De esta forma, Dios preserva la creación a través de la luz de los ángeles.
Otra forma de describir la manera que el espíritu humano manifiesta el mundo celestial, es mediante la analogía del eclipse solar. Si una porción del sol es eclipsada, ustedes pueden ver el sol en una taza de agua. El velo del eclipse es la luz angelical. Esto hace posible contemplar la fuente de luz. Los seres humanos son en sí mismos, como un velo o un eclipse de la luz angelical. Esto significa, que ellos eclipsan la luz angelical, la cuál eclipsa la luz de Dios. De este modo, ustedes pueden ver los atributos del Creador a través de Sus maravillosas creaciones. Este es el significado del dicho del Profeta Muhammad, "Piensen en las creaciones de Dios. No piensen en Su esencia."
Los espíritus de los seres humanos pueden ser descriptos como átomos dentro del mundo celestial, y sus cuerpos como las casas de sus espíritus. Ahora bien, la casa tiene un estado y el habitante de la casa tiene un estado diferente. Es claro para nosotros, que el habitante es más honorable que la casa, ya que la grandeza de la casa depende de su habitante.
Estos espíritus humanos son una parte real del espíritu angélico. Es por esto, que la condición para la entrada del alma al paraíso de una persona moribunda, es que primero sea aceptada en el reino angélico, como hemos dicho. Esa también es la causa por la cuál el espíritu humano está capacitado para recibir la transmisión de los poderes angélicos, como un radar satelital está hecho para recibir la transmisión de la estación principal.
En la medida en que las personas estén conectadas con los poderes angélicos, ellas indudablemente, se convertirán en más y más importantes para otros seres humanos en la tierra. Sin embargo, los cuerpos humanos siguen siendo un compuesto de diferentes elementos mezclados. Los cuerpos de los ángeles, por otro lado, son hechos sólo de la luz de la divina presencia. Es importante saber que esta diferencia nunca desaparece en el mundo material. Es por esta causa que los ángeles prefieren ayudar a los espíritus de los cuerpos de los profetas, ya que los espíritus proféticos han elevado sus receptáculos corporales a tal punto que es dónde ellos obtienen todo tipo de estados gnósticos y espirituales. Esto, sucesivamente, les permite convertirse en antorchas de luz, desparramando regalos celestiales y llevando el mensaje de Dios a Su creación. Todas estas relaciones entre ángeles y profetas, santos y gente piadosa, son obtenidas por voluntad de Dios y con Su permiso.

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con SILVINA KLAUZEN www.riojavirtual.com.ar

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