viernes, 27 de julio de 2007

EL MENSAJE DEL DÍA



"En el Universo existe una cantidad ilimitada de lo que necesito: amor, alegría,

dinero, salud. Sé que puedo hacer pie en lo infinito para proveerme de todo lo que

mi crecimiento como ser humano requiera."


lo envió Tito

¡Cuidado con los “amigos” DE NUESTROS HIJOS!

La versión de la víctima detalla la intención homicida del atacante





Mario Aguirre, padre de la adolescente apuñalada, repitió lo que le relató su hija. La chica había sufrido un intento de asesinato en un departamento céntrico, la madrugada del sábado último.



De esta manera, el padre de la nena de 13 años, que fue apuñalada y golpeada por Guillermo Brizuela, un joven de 25 años, dio a conocer la versión de la víctima.

Según comenta Aguirre, la niña estaba festejando con unas compañeras y una prima el Día del Amigo, en una casa en el barrio Las Acacias, propiedad de una tía.

Al parecer, la jovencita, que salía con un muchacho de 16 años, de apellido Mercado Luna, se había enterado por chat que este chico pensaba dejarla. A causa de esto, habían quedado en verse esa noche, justamente cuando cumplían dos meses de noviazgo. Debido a esto, a las 12:15 la chica llama a un remise para dirigirse al lugar acordado.

Cuando llega a una cuadra y media del lugar, la muchacha decide bajarse del automóvil para seguir a pie hasta un cyber del que era habitué, situado en Belgrano y 8 de Diciembre. Una vez allí, se encuentra con el joven Brizuela y le pregunta por su novio, contándole que habían quedado en verse. Luego, cuenta Aguirre, él se aleja y ella se queda charlando con otros conocidos que estaban allí. Entonces, Brizuela regresa, con el teléfono celular en la mano, diciéndole que su novio la esperaba en un departamento cercano.

Así, la chica accede a acompañarlo hasta el sitio señalado, en un complejo habitacional ubicado en Belgrano 217.

Una vez allí, Brizuela le pide perdón por el desorden y le explica que el muchacho a quien esperaba la niña iba a llegar en un momento.

Entonces, mientras la niña esperaba sentada en una silla, relata Aguirre según le contó su hija, "él se levantó y, por atrás, le tapó la cabeza con una toalla y le empezó a dar puntazos con un cuchillo".

Luego, sigue Aguirre, "ella se quiso defender, él la tiró en el suelo y le empezó a dar patadas y trompadas". Acto seguido, Brizuela "la llevó hasta la cama y con la almohada la quería asfixiar". En eso, la chica en un intento por defenderse de su agresor, logró soltarse, le quitó el cuchillo y le cortó la mano, además de romperle la camiseta. Después, una vez que su atacante volvió a tirarla al piso, ella decidió "hacerse la dormida" pensando que así la dejaría en paz.


Contrariamente, el acusado "la levantó en andas y la llevó a un entrepiso" donde le quitó la ropa. Luego, quizás al advertir que la adolescente estaba indispuesta, "la roció toda con alcohol".

Después, la muchacha, que seguía simulando un desmayo, sintió como que Brizuela buscaba algo entre su ropa, quizás un encendedor. Al no encontrar lo que deseaba, el agresor decidió bajar corriendo a buscarlo.

Fue entonces cuando la jovencita vió la oportunidad de escapar y saltó a un techo de chapa colindante. Desde allí, divisó la cúpula de la iglesia San Francisco y empezó a saltar los techos en dirección opuesta, calculando una salida a la calle. Pero antes de llegar al final, Brizuela la alcanzó y, en un último acto de desesperación, cuenta Aguirre repitiendo la experiencia de su hija, el agresor le confesó que el novio de la chica y otro muchacho más le habían pagado 250 pesos para que acabe con su vida. "Y si no te mato, me voy a comer 10 años en la cárcel", le decía Brizuela en ese último intercambio verbal. Mientras forcejeaban, la niña lo rasguñó y le mordió el hombro. En eso estaban cuando, accidentalmente, cayeron a la calle desde una altura de "unos cuatro o cinco metros", narra el padre de la joven.

A raíz de la caída, la nena sufre un desvanecimiento, en tanto el atacante se fractura un tobillo.

Momentos después, cuenta Aguirre, mientras la joven recuperaba la lucidez, escuchó a unos amigos del atacante preguntándole qué había sucedido. A esta interrogación, Brizuela respondió que había tratado de evitar que la nena se matara, que quería suicidarse porque el novio la había dejado. Entonces, ya con la presencia de la ambulancia y la Policía en el lugar, ella alertó que la historia era muy distinta: que el joven había intentado matarla.


EL ESTADO DE LA VíCTIMA

Hoy, la joven víctima del ataque homicida, se encuentra estable y fuera de peligro, aunque sigue internada en la Unidad de Terapia Intensiva Infantil del hospital Enrique Vera Barros. Recién ayer, contó su progenitor, pudo ingerir líquidos por la boca, ya que anteriormente era alimentada mediante suero.

Además, Aguirre describió que la niña tiene la cara desfigurada, el cuello hinchado, heridas punzantes en el rostro y dos lesiones muy profundas en el abdomen. Asimismo la niña tenía sangre en un pulmón, por lo que el sábado "pasó por el quirófano".

Por otro lado, en horas de la tarde de ayer, la niña tendría su primer encuentro con una psicóloga, con el propósito de ayudarla a sobrellevar la experiencia.


DESPUéS DE LA CAíDA

Una vez que la niña ingresó al hospital y sus familiares fueron comunicados sobre el suceso, Aguirre con sus hijos se dirigieron a verla. En el trayecto hacia el nosocomio, encontraron al novio de la adolescente, que negó cualquier participación en los hechos. Según les contó el menor, él estaba durmiendo cuando se enteró de lo ocurrido por un llamado telefónico.

Ya en el hospital, Aguirre es citado en la guardia para brindar los datos de su hija. Ahí "había una persona que estaba tapada" y a la que sólo le vió los pies. "Estaba al lado mío", casi sin creerlo, "ese que estaba en la camilla era el tipo". Luego agrega que, si él lo hubiera reconocido en ese momento, era capaz de matarlo. "Me hubiera mandado una macana", reconoce luego y explica que "ahora estoy más tranquilo" y que dejará en manos de la Justicia la condena del agresor y, si los hubiere, de los otros responsables.

Por último manifestó que, una vez que la nena se recupere, continuará con un movimiento en defensa de menores víctimas de ataques y abusos. "Yo sé que muchas chicas están intimadas, calladas, chicas abusadas que no dicen nada", explica.


RéPLICAS DEL ATAQUE

Según contó el padre de la niña, en el hospital se hicieron presentes varios amigos y familiares del agresor para manifestar su apoyo a la familia Aguirre. Asimismo, según relató, los visitantes le expresaron sus deseos de "ir y romperle la casa, apedrearle la casa" al acusado.

Sin embargo, Aguirre, quien expresó su confianza en la Justicia, prefiere que sea la vía legal la encargada de sentenciar al agresor.

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con SILVINA KLAUZEN www.riojavirtual.com.ar

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