miércoles, 8 de agosto de 2007

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ENIGMA

Autor:

© Jesús Alejandro Godoy

—Adonde parten mis hermanos, voy —me dice y sonríe. Me mira y agrega—: iré a caminar con Alá, a los cielos que reflejan aquellas montañas —y señala la cordillera que está a nuestras espaldas—.
—¿Cuándo partirás? —pregunto.
—Partiré cuando el destino me llame; iré a dormitar en brazos de aquellos ángeles y a despertar en los brazos de Dios —murmura y mira el horizonte con sus ojos agudos—. Sabes amigo, que el mañana dispuesto está a entregarse ante mi decisión; y que el pasado... bueno el pasado —sonríe—, sólo es el vestigio de que he existido en estos aires—.
—¿Cuándo volverás? —pregunto algo acongojado.
—Volveré amigo, con el cantar que entona el nuevo día a mis hermanos. Volveré, con el rocío que despierta la bondad del Maestro y las ansias de la sabiduría de aquellos que buscan respuesta en el enigma que encierra mi presencia.
—¿Enigma?
—El enigma que encierra mi virtud, es el mismo que se halla en las palabras de El Cristo, y en las bendiciones de Alá. El enigma de mi belleza es el mismo que se encierra las plegarias de Buda, las bendiciones de Vishnu y la sabiduría de Jehová... Soy el que encierra la virtud de ver... que todo es uno, que el poder es una fuente y la vida su portadora, amigo mío —me dice y vuelve a sonreír—. Estoy cansado —agrega y llego a escuchar un pequeño suspiro, pero creo que es mi imaginación—.
—¿Puedes llegar? —pregunto con cierto temor—.
—El lugar de mi partida amigo —me dice y sonríe—, no ha sido sino, el de mi propia llegada; nadie hace más que conocerse a través de un camino que lo lleva de nuevo al principio; y yo, seguiré ese camino —dice, toma un poco de aire, mira aquella montaña con nostalgia y agrega—: todas las cosas son ilusiones, y todos los caminos lazos entre lo dormido que está esperando ser concretado.. . Jamás te dejes satisfacer con ilusiones amigo, que lo único que te llevarás donde ahora voy, es el valor de haber recorrido aquellos caminos que ahora mismo estás pensado andar... No temas a los designios nefastos que te avecinan algunos sueños; no temas a las plegarias que hacen por ti cuando creen que vas a morir; sólo teme al poder que en ti habita; teme a brillar tanto que no veas tus propios pies y te pierdas; teme a volar tan alto que mis hermanos te vean y te confundan con un ángel; teme amigo —vuelve a sonreír—, a ser tan perfecto como lo eres, que cuando te entregues al Maestro, no veas sino, un reflejo de tu propio ser, despojado al fin, de este cuerpo que ha alojado tu verdadera esencia—.
Voy a formular otra pregunta pero me detiene y me dice:
—Te llamarán farsante, ilusionista, mentiroso, despojado de raciocinio y virtud responsable. .. —me mira seriamente—; jamás te dejes atormentar por lo que dicen de ti y de lo que piensen de tus sueños... Recuerda amigo —abre sus ojos al horizonte con su pecho henchido—, tú ya vives donde no existe vida, tu castillo ya se levanta donde domina el aire y el silencio; tus pasos están caminados aún cuando sueñes con el andar, tu valentía ya ha sido demostrada sin que esas fieras aún te hayan acechado; el Maestro te conoce aún cuando no sabes que lo llevas contigo...
Bajo mi cabeza y trato de recordar esas palabras.
Pienso en decir algo, pero nada viene a mi mente.
—¿Te volveré a ver? —finalmente pregunto.
—En manos de Alá descansa mi aliento; en los ojos de Dios se apacienta mi vuelo; ejerzo mi potestad en brazos del Cristo y sigo los días que me ha enseñado Buda. Duermo mis secretos en la sabiduría de Vhisnu, acarician mi alma las plegarias de las Diosas y bailo con el aliento que me regala Jehová... ¿Si me volverás a ver? —pregunta—. ¡Claro amigo! Aunque hoy muriendo, ya me veo aquí nuevamente acariciando el cielo que ahora me ve partir; aunque viviendo, las estrellas escondidas de día, señalan el camino a mi verdadero hogar. Un día amigo —me dice y me mira con cariño—, volveremos a encontrarnos por aquí... Cree y verás; golpea en todas las puertas y alguna se abrirá, no reniegues de tu suerte ni de tu condición antes de tiempo; no sea cosa que te obligues por tu mano o decisión a irte antes de tiempo de este lugar, por que sabes amigo, que todo... todo encierra su secreto, y el enigma de desafiar lo imposible y vencerlo, es lo que te hace... un Dios.
Aprieto mis labios y me quedo en silencio.
"Amigo mío —me dice con su mirada—. Hemos sido buenos amigos en esta montaña, ahora me iré para regresar, cuando los elementos me llamen y nuestros caminos se vuelvan a cruzar"
—Adiós —le digo.

—¡Hey... hey! —grita mi compañero de lejos con una sonrisa de oreja a oreja, tensando la cuerda en mi cintura—. ¿Podrías dejar de mirar a ese águila y pasarme un poco de cuerda? —me saca de mi sopor y recuerdo que estoy a mitad de una escalada—.
—¡Cuerda! —grito... y doy un paso.
—¡He escalado muchas veces...! ¡Y es la primera vez que veo que un águila acompaña a un escalador! ¡Ja, ja! —vocifera mi compañero de escalada, y ríe a carcajadas—.
Yo... río también. Miro el sol, las nubes y a mi amigo con las alas extendidas, perderse en un cielo que lo recibe admirado.
Tomo aire. Y sigo subiendo...

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