Las cuatro semanas de Adviento no son solamente tiempo para "esperar" la fiesta de Navidad, sino un tiempo de reflexión y plegaria en el que hacemos presente el personaje central del Adviento, icono o modelo de la espera de Dios.
En la escena de la Anunciación se observa cómo María, sensible y atenta a la voz de Dios, dice "sí" al plan de salvación de la humanidad. Es una demostración de fe, de apertura y generosidad. María descubre en su interior lo que Dios quiere de ella. Su disponibilidad y sencillez hace posible la llegada de Jesús al mundo. María es la Madre de Jesús y la Madre nuestra. Es un símbolo de esperanza, en el día a día, y no como un recuerdo del pasado. que Jesús viene; nos abrimos para descubrir su presencia en nuestro mundo, ya que en él se realizan todas las esperanzas de liberación de Dios.
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