domingo, 1 de julio de 2007

LOS ELEMENTALES

Sabemos que los humanos no somos los únicos seres que habitamos este planeta, sino que lo compartimos con otros tres reinos a saber: mineral, vegetal y animal. También encontramos dentro de cada uno de estos reinos, claras divisiones evolutivas, como ser, animales con una inteligencia superior, como el delfín, el perro o el mono y otros con una inteligencia inferior como los reptiles.


También encontramos mineral de distinta evolución, como ser el plomo y el diamante, y también seres humanos de diferente evolución que otro, como ser un rtin Luther King o una Me Teresa de Calcuta y un Hitler.
A estás distintas formas de evolución se las llama ¨oleadas de vida¨. Así como convivimos con estás oleadas de vida que son conocidas por todos ¨oficialmente¨, existen también otras, con su propia escala evolutiva, conviviendo junto a nosotros, en este mismo espacio pero en otro plano, que también conocemos, pero que hemos ignorado rotundamente, a partir de cierta etapa de nuestras vidas. Los elementales son espíritus de la naturaleza, son oleadas de vida diferentes al hombre, que cumplen su propia función , que tienen una misión claramente definida y que también forman parte activa en el Plan Divino.

Cada elemental trabaja con uno de los cuatro diferentes elementos que hay en la naturaleza (de ahí su monbre).



ELEMENTO TIERRA: Gnomos, Hadas, Enanos.



ELEMENTO AIRE: Silfos, Ninfas, Elfos.



ELEMENTO AGUA: Sirenas, Nereidas, Ondinas.


ELEMENTO FUEGO: Salamandras elementales del fuego-


Cuidaban la masa de gases radioactivos presentes en el planeta y de la materia incandescente que debía ir sedimentándose y enfriándose de a poco, para que el planeta en formación pudiera ser habitable.


Datan de mucho tiempo, son anteriores a la aparición del hombre en el planeta.
Cuando el planeta era sólo una masa incandescente y sin vida, los elementales estaban presentes planeando la construcción y la vida futura, ayudando a los Espíritus Superiores, Arquitectos Cósmicos, quienes eran los encargados de coparticipar en la obra del creador.
Los silfos, elementales del aire, cuidaban de la evolución de esos gases tóxicos, para lograr el equilibrio químico y la evolución de los violentos vientos y tormentas nucleares que azotaban al planeta en formación, allá en los comienzos de la historia cósmica.



Los silfos, elementales del aire, cuidaban de la evolución de esos gases tóxicos, para lograr el equilibrio químico y la evolución de los violentos vientos y tormentas nucleares que azotaban al planeta en formación, allá en los comienzos de la historia cósmica.
Los Espíritus Superiores o Arquitectos Cósmicos ya tenían planeado todo tipo de vida que surgiría en la tierra, siguiendo las orientaciones del Creador. Estaba todo programado en la Mente Divina. Sólo hacía falta que se estableciera el orden, para que esos Espíritus de la naturaleza o elementales pudieran, finalmente, empezar el proceso de evolución y vida sobre el planeta tierra, como colaboradores inmediatos de los arquitectos celestiales.
Cuando los gases se hicieron líquidos y cayeron sobre el planeta en forma de gotas de agua, lluvias y tormentas violentas que inundaron casi toda su superficie, aparecieron los elementales del agua: Sirenas, Ninfas y Nereidas, por las explosiones nucleares, quitándoles las materias densas y pesadas que aún había en suspensión.
En el Universo existen, entre otros Jefes Espirituales, espíritus guardianes, orientadores, protectores, y organizadores de toda la creación. Los elementales, sus colaboradores, fueron, por lo tanto, anteriores a la aparición del hombre sobre la tierra y los encargados de armonizar las condiciones básicas para la aparición de la vida en sus varios reinos.
Cuando el planeta comenzó a enfriarse y a estabilizarse, ya estaban presentes los elementales de la tierra: Gnomos, Duendes y Hadas, a fin de armar los elementos de su nivel, o sea, los primeros esbozos de arbustos y piedras. Estaban dando origen a todo lo que germinaría después, con el trabajo de millones de años.
Es curioso observar que desde la antigüedad más remota, los elementales fueron representados de manera casi idéntica por los pueblos más diferentes, por ejemplo, los sumerios, los caldeos, los egipcios, los chinos, los pueblos indígenas de África, Polinesia y América.
Los dibujos que se encontraron los muestran de manera casi idéntica, no importa cuan lejos estuvieran esos pueblos unos de otros. Esto nos lleva a pensar que los elementales siempre se comunicaron con los seres humanos, manteniendo un patrón energético que permitiera verlos e identificarlos. Estaban presentes en casi todos los ritos sagrados, especialmente en aquellos en que se pedía la protección celestial para las cosechas y las siembras.
El hecho de no tener un nivel de madurez espiritual suficientemente desarrollado para diferenciar el bien y el mal, los hace semejantes a criaturas traviesas, inconscientes e inocentes, como la propia imagen física con la cual se presentan ante los hombres.



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