
Un año... una vida. Un día en el que todo cambia, y sonreímos. Un día en el que todo pudo ser confuso, donde nuestros pensamientos se agrietaron y nuestros sueños murieron lentamente con nuestras esperanzas.. . o tal vez no.
Un año, para olvidar, quizá para recordar por el resto de nuestra vida.
Un día, en cualquier mes, donde nos enamoramos, conocimos al fin a nuestro amor verdadero, despedimos para siempre a esa persona que tanto nos dañó, o simplemente vivimos igual que otro tiempo atrás. Pero... todo cambia. Y a lo mejor fue el momento para encontrar o dejar de lado, para amar u olvidar completamente, para erguirse triunfante o morder el polvo de la angustia y la desesperación, para creer una vez más en nosotros mismos y volver a intentarlo. Un día, un momento... en el que pudimos saber para dónde íbamos o tal vez no, dónde pudimos tocar todas las puertas de la oportunidad o la inacción; dónde estuvimos en completa soledad y nadie se apiadó de nuestros gritos, donde estuvimos al final, rodeados de todo eso que soñamos durante nuestras esperanzas más audaces. Un día, un lugar, un momento, dónde aprendimos a crecer, a perdonar, a pedir, a dejar, a reintentar, a invocar, a sufrir, a querer y a amar y fue cuando nos dimos cuenta que somos valiosos y únicos.

Un día, un momento, un año, donde todo cambia, donde todo se transforma, donde la vida va y viene, donde las palabras se olvidan y los hechos marcan la diferencia. Un año más... donde esperamos dar lo mejor y recibir otro tanto, donde reímos, lloramos, perdimos, ganamos, morimos, renacimos, olvidamos, quisimos, amamos, rezamos, y finalmente nos encontramos.Un día, en el que tuvimos la oportunidad de mirar por última vez a nuestra madre, a nuestro padre, a nuestros hermanos, a nuestros amigos o... a esa persona que dejó su marca indeleble en nuestro corazón.

Volver... volver a intentarlo una vez más, otro día, en otro lugar, en otro momento... una nueva oportunidad, esa que nunca termina a pesar que pasen los años, ese fuego eterno que siempre nos quema por dentro y nos dice que todavía queda un camino más por recorrer, esa palabra que nos alienta y nos dice que aún no es tiempo de bajar los brazos. Y nos quedamos quietos, pensando, haciendo un balance; y asentimos o negamos, cavilamos o confirmamos, destrozamos o construimos, recordamos o quizá, olvidamos para siempre.Y todo en un año, que no es más que un eslabón de una gruesa cadena de historias.Un día, un lugar, un momento...

una vida...Un año.

Lo sagrado en estado puro.Trae, fuerzas, esperanzas y logros. Trae infinitas oportunidades para elevarse por dentro y por fuera. Porque no se puede parcializar, densidad y sutileza deben estar en equilibrio y elevarse integralmente.Solo aquel que este dispuesto a entregarse a la vibración del amor, sin limitaciones y sin miedos podrá completar un importante paso en la alquimia del alma.El quinto elemento transmutador no es otra cosa, que el poder de nuestro pensamiento alimentado con el amor incondicional. Solo hay que controlar los amagos del ego, para que las ideas solo sean guiadas por el amor, conjugando el verbo en pensamiento palabra y obra y en todos sus matices.Que el amor inunde los corazones de todos aquellos que estén dispuestos a recordar que la esencia de la existencia es el amor, que el elemento unigénico de la manifestación es el amor. Que el UNO es AMOR.En este 2008, los cielos se abren para emitir su gran radiación de AMOR, abre los brazos, abre tu mente, abre tu corazón y tu alma y recíbelo.Si te amas a ti mismo, podrá amar al todo, porque tú eres él todo y nada hay ajeno a el. Porque luz y oscuridad son los extremos de una sola cosa. Ama la luz, pero, no temas la oscuridad, porque si la temes le darás poder, si la amas podrá vencerla en armonía y en equilibrio. Integrándola.Con amor incondicional, SILVINA.