
El mal no merece ser comentado, pues sólo trae resultados desagradables.
Toda palabra produce vibraciones que, a su vez, atraen vibraciones semejantes.
Por lo tanto, el comentario del mal, atrae vibraciones pesadas y nocivas.
Habla sólo de cosas buenas y bellas, comenta el bien y las acciones nobles, y te rodeará una onda de paz, de alegría y de bienestar.
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